Nuestra sociedad ha cambiado enormemente en los últimos 50 años: ya no vivimos en un mundo en el que los hombres eran los únicos que se ganaban el pan y las mujeres eran las amas de casa
Los hechos médicos
Por supuesto, es innegable que tanto hombres como mujeres tienen un reloj biológico y son menos fértiles a medida que pasan los años, de la misma manera que los abortos pasan a ser más frecuentes a edades más avanzadas. Sabemos que si bien algunas mujeres consiguen su embarazo de forma natural sin dificultad a los treinta y muchos, eso no es la norma. Si tienes dificultades, es más duro si eres más mayor puesto que la fecundación in vitro no puede retrasar la pérdida de fertilidad, si bien la donación de óvulos es una alternativa en este sentido.
El cliché
De manera demasiado frecuente, el debate en los medios se alimenta de la idea que las clínicas de reproducción asistida están llenas de mujeres con una destacada carrera profesional que se obsesionaron tanto con su trabajo que no tuvieron tiempo para pensar en hijos. A menudo se les ve como egoístas o que “quisieron tenerlo todo”. Por este motivo, la fecundación in vitro es percibida a veces como “una elección de estilo de vida”, más que ser reconocida como un tratamiento médico, y el tema de las mujeres que “lo dejan para demasiado tarde” un tema candente.
La realidad
La verdad es que las clínicas de reproducción asistida están llenas de mujeres –y hombres- que tienen problemas de fertilidad. No es que lo hayan dejado para más tarde que el resto de sus amigos, sino que tienen la mala suerte de ser una de las seis parejas que tienen dificultades para concebir. La edad a la que las mujeres tienen su primer bebé ha ido aumentando, y para las que intentan conseguir su embarazo de forma natural seguramente esto no sea visto como un problema, pero para las que sí van a necesitar ayuda para conseguirlo, la edad va a acentuar cualquier dificultad que pueda existir.
Nuestra sociedad ha cambiado enormemente en los últimos 50 años. Ya no vivimos en un mundo en el que los hombres eran los únicos que se ganaban el pan y las mujeres las amas de casa; hoy las mujeres son iguales que los hombres en términos de educación superior y trabajo. Las mujeres no se casan jóvenes ni buscan su embarazo inmediatamente, y no es solo su carrera profesional lo que les disuada de hacerlo. Si vas a la universidad, probablemente no habrás empezado a trabajar a la edad a la que tu madre creó su familia. Una vez las mujeres tienen trabajo, son más bien motivos prácticos más que la propia ambición por el trabajo lo que les retrasa el crear una familia. Puede que no te sientas financieramente preparada para tener niños antes de los treinta, puede que no tengas un sitio adecuado para vivir, y lo más crucial para todas las mujeres, puede que no tengas al compañero ideal para empezar una familia.
El resultado de todo esto es que nuestra sociedad se ha desarrollado y cambiado, pero el reloj biológico no lo ha hecho. Esto significa que muchas mujeres nunca estarán socialmente preparadas para empezar una familia en el momento en el que más preparadas estamos biológicamente para el embarazo y el parto.
Si bien esto puede parecer muy injusto, es una verdad incontestable. Es vital que las mujeres estén plenamente informadas sobre su fertilidad y concienciadas sobre los efectos de la edad, pero el momento correcto para crear una familia solo puede ser cuando tú te sientes preparada para tener un hijo.
