Artículo de Kate Brian, periodista y autora de 4 libros sobre maternidad y fertilidad.
Decidir si explicar o no a tu familia, amigos y compañeros de trabajo que tienes dificultades para quedar embarazada y que sigues un tratamiento de fertilidad puede ser complicado. Mientras algunos tienen muy claro que su fertilidad es un asunto estrictamente personal y no quieren que nadie sepa que están en tratamiento, otros piensan que es mejor sacar lo que llevan dentro y contarle a todo el mundo lo que ocurre. Si como muchas otras mujeres, tú te encuentras en un punto intermedio entre estos dos extremos, puede que no siempre te sea fácil decidir a quién y cuándo contarle tu situación.
Si eliges contarlo
Compartirlo con amigos y familiares puede quitarte un peso de encima; así no te atacarán con preguntas sobre cuándo tienes pensado tener hijos y te ahorrarás advertencias de que el tiempo se te viene encima. Tendrás con quien compartir tus sentimientos si te sientes mal o estás preocupada, y por lo general, los amigos y la familia se esforzarán por ser comprensivos. No obstante, tendrás que tener en cuenta que a menos que ya hayas pasado por ello es difícil entender cómo son realmente la infertilidad y el tratamiento, y por este motivo, puede que tu familia y amigos no reaccionen como a ti te gustaría.
También es importante recordar que no habrá marcha atrás sobre lo que expliques a otras personas, y esto es especialmente importante en el caso que recurras a la donación de óvulos o semen, ya que puede influir sobre cómo y cuándo hables de ello con tus futuros hijos.
Otra dificultad de compartir tu situación con los demás es que todo el mundo parece tener una opinión cuando se trata de fertilidad, ¡y te explicarán lo que ellos creen que deberías hacer! Y encima, si has hablado con otras personas al inicio del tratamiento, querrán estar constantemente informadas. Y si las cosas no van como esperabas, te encontrarás teniendo que compartir tu decepción una y otra vez, o diciéndoles que estás esperando un bebé mucho antes de lo que hubieses deseado.
¿Y en el trabajo?
Decidir si explicas o no en el trabajo que sigues un tratamiento de reproducción asistida es otro factor a tener en cuenta. Quizá necesites decírselo a tu jefe si vas a pedir unos días libres, pero comunicarlo a tus compañeros de trabajo requiere considerarlo cuidadosamente. Responder a preguntas sobre tu fertilidad y el tratamiento que sigues puede hacer aflorar todo tipo de emociones difíciles de manejar. Con qué personas hables en el trabajo y qué les digas exactamente depende de tu relación con tus compañeros, pero no deberías sentirte obligada a abrir tu corazón en tu lugar de trabajo.
Si eliges no contarlo
Es cierto que mantenerlo en secreto solo entre tu pareja y tú también puede ser duro. A menudo nos encontramos con personas que se creen con derecho a lanzar preguntas intrusivas sobre por qué no hemos tenido niños, y puedes acabar teniendo que mentir sobre tus ausencias debidas a las visitas a la clínica de reproducción asistida. En este caso, no podrás compartir lo que sientes con tus seres más queridos y esto puede hacerte sentir aislada y sola.
Las decisiones que tomes sobre a quién y cuándo explicar tu situación dependen de cómo te sientas hablando de ello y de si te ayuda compartirlo con los demás. Si te sientes incómoda, siempre puedes optar por contárselo a uno o dos amigos íntimos o a familiares. Así tendrás alguien en quien confiar.
Tal vez lo más importante es entender que no hay respuestas universalmente correctas o erróneas, y que aquello que te haga sentir bien será la manera de actuar más adecuada.