Las técnicas de reproducción asistida con donación de semen aseguran el máximo parecido físico del donante con los futuros padres.
Existen varias situaciones en las que para ayudar a una mujer a conseguir su embarazo, es necesario recurrir a un donante de semen. Es el caso de las mamás solteras, las parejas de dos mamás o las parejas de una mujer y un hombre en las que existe algún tipo de infertilidad masculina. En todos ellos, hay una pregunta recurrente: ¿A quién se parecerá el donante de semen?
Ante un tratamiento en el que se requiere un donante de semen –una fertilización in vitro o una inseminación artificial– se realiza un matching o emparejamiento entre el donante y los futuros papás. De esta manera, se seleccionan los donantes de semen según sus características físicas y las de la futura mamá, en el caso de las madres solteras, o las de su pareja, en el caso de heterosexuales y homosexuales.
Esto es posible gracias al estudio del fenotipo tanto del donante como de la mujer y su pareja. Así, se determina una combinación de las características físicas como la piel, color y textura del pelo y los ojos de cada uno de ellos.
Conseguir la máxima similitud
En cualquier caso, el matching busca lograr el máximo parecido físico entre los donantes y la paciente y su pareja, con el objetivo de facilitar la integración del futuro hijo en el ambiente familiar.
La pregunta queda resuelta: en el caso de mujeres solteras, se buscará un donante que cumpla al máximo con los criterios de similitud física de ella. En el caso de una mujer con pareja, el donante se elegirá de acuerdo con los rasgos físicos de ésta, sea un hombre o una mujer.
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