Una mujer es fértil desde que tiene su primer periodo, pero su capacidad va disminuyendo con la edad. En el caso de los hombres, también se constata un decrecimiento paulatino, aunque más tardío y menos acusado.
Por numerosas razones, las mujeres deciden tener sus hijos cada vez más tarde. Así pues, cada día es más normal enfrentarse a dificultades llegado ese momento. Si hace unos años, las Técnicas de Reproducción Asistida eran para unos pocos, hoy éstas son una práctica habitual.
La esterilidad se define como la incapacidad para concebir un embarazo. Puede ser de origen femenino o masculino. Se considera la pareja estéril cuando después de un año de relaciones sexuales no protegidas no se consiguen embarazos. El concepto de esterilidad debe distinguirse del de infertilidad. Se denomina esterilidad primaria a aquella en la que nunca ha habido embarazos y la esterilidad secundaria se refiere a la situación en la que ha habido embarazos previos y después surge la imposibilidad de nuevas gestaciones.
En la infertilidad la mujer consigue gestaciones, pero el embarazo termina en aborto. En síntesis, esterilidad es cuando no se es capaz de conseguir embarazo, e infertilidad cuando a pesar de conseguir el embarazo, éste no es llevado a término. Cabe destacar que en los países anglosajones, el término “infertility” abarca ambos conceptos, lo cual puede crear confusión sobre todo al leer textos traducidos al castellano.
Entre el 10% y el 15% de la población occidental es estéril o infértil.
Según la SEF (Sociedad Española de Fertilidad), el 25% de las parejas consiguen un embarazo en el primer mes de tener relaciones sexuales regulares y no protegidas; el 85% después de 1 año, y el 90% transcurridos 2 años.
Por esa razón, se recomienda realizar el estudio básico de esterilidad tras 1 año de buscar embarazo sin éxito. Dado que el paso del tiempo influye negativamente en la fertilidad de la mujer, si ésta tuviera más de 35 años, la pareja debería acudir cuando transcurriesen 6 meses.
La sociedad del bienestar ha provocado que la edad de la mujer al formar pareja estable aumente, lo cual tiene consecuencias en su futura fertilidad. Actualmente en España, la edad media de la mujer en el primer parto es de 31 años. La esterilidad a los 30 años es 6 veces más alta que a los 20 y vuelve a duplicarse a los 40 años. La fecundidad del hombre disminuye progresivamente a partir de los 50 años, aunque alteraciones en los parámetros del seminograma pueden observarse a partir de los 25 pero con mucha menos trascendencia que en la mujer.
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